lunes, 18 de abril de 2016

Paseo Compartido

Ayer te tuve muy presente.

Nuestra prolongada ausencia
me hizo pensar en tu cumpleaños,
en el detalle preciso
para dibujarte una sonrisa,
en la estrella
que iluminase tu penumbra,
en la impotencia que confiere la distancia…

Paseaba por un bosque.
Un bosque húmedo, acogedor
un bosque en brotes, 
esperanza de vida
lujuria del renacer
Y al ritmo de mis pasos
entonaba tu canción.
canción linda que acunaba mis caderas
aliviaba el camino,
hablaba de alegría, de pasión…

Y en un instante paré:
cerré los ojos y respiré;
y oí el trino de los pájaros,
a mi alrededor,
te trajo junto a mi
y reconfortó mis oídos;
y la brisa ululante entre los árboles
me rodeó,
suave caricia de tu pelo
en mi rostro, en mi nuca...
la frescura de tu perfume
embriagando mis sentidos...
la soledad del bosque
me trajo tu compañía….

Seguí caminando,
canturreándote, tristón,
sin saber cómo agradecerte,
en el día de tu cumpleaños,
la dicha que me regalas.

lunes, 1 de diciembre de 2014


Dejé a una mujer 
cogerme del brazo
y se coló en mi corazón.

Hoy mi brazo
se deja coger
pero mi corazón,
a menudo,
permanece ausente.

jueves, 5 de junio de 2014

La nube



Descansaban, tumbados del lado izquierdo, plácidamente, los ojos entrecerrados, la satisfacción en los rostros. El brazo de él, relajado a lo largo de la almohada encaja en el hueco del hombro femenino. Mientras olía su pelo, la mano derecha rodeaba su cintura.
Las respiraciones pausadas, tranquilas, acompasadas. Piel contra piel, la fragancia de la tranquilidad envolvía el tálamo. La sensación más parecida a la vaporosidad de yacer en una nube.

Un leve movimiento de cadera activó el oculto resorte que libera el bombeo de la sangre por los cuerpos y a medida que los corazones se aceleraban, las manos buscaban el roce de zonas más exclusivas, el desahogo de los dedos.

Con lentos movimientos, juguetones, caricia hecha gozo, ambos fueron tomando temperatura y entrega. Fueron recorriendo lugares comunes, erizando la piel. En un momento ella giró, de forma imperceptible, el cuerpo colocando sus manos junto a la cara, como en un vano intento de ocultar su azoro, arqueando la cintura, dejando la cadera elevada y separando las rodillas al tiempo que las doblaba. Una mirada furtiva, el brillo juguetón de sus ojos, un profundo suspiro...

...ahora sí que mientras la mano izquierda quedaba libre para juguetear con los dos erectos pezones, flotando a ras de sábana, la derecha se deslizaba por la redondez de sus nalgas para, con sus dedos, ir en busca de la más de las preciadas sonrisas...

...sueños cálidos, de corazones ardientes, ansiosas respiraciones, movimiento lentos, sensaciones húmedas, susurros cómplices, comunión de pieles que permiten acomodarse, sin que se rompa, en los pliegues de la nube...



jueves, 22 de mayo de 2014

La Cita


     Era la hora. Ya había dado más vueltas de las debidas y decidió aparcar. Giró la llave de contacto y la música cesó. Respiró sintiendo el aire llenar sus pulmones y abrió la puerta del coche. Bajó y cerró. 

     Allí estaba. La tenía frente a él: estaba increible. Intentó encontrar en su  memoria otra imagen en la que ella apareciera más luminosa pero fue en vano. Sintió que el corazón se le aceleraba y las rodillas flaqueaban.
     Había acudido con ansiedad por volver a estar junto a ella, con la inquietud del resultado en la nueva cita, con la resolución de una relación adulta y cabal, con premura pero aplomo... y ahora se sentía como un colegial esperando para pedir baile. La entereza tan bien pensada durante días había desaparecido...

lunes, 19 de mayo de 2014


Paso los días ocupado,
llenando de quehaceres los minutos,
construyendo una excusa
que me impida ir hasta ti,
que me impida fundirme en tu calor,
que me salve de ahogarme en tu mar.

Paso los días ocupado
pensando nimiedades,
menudencias sin sentido,
para no pensar en ti;
en mis dedos recorriéndote,
en los pliegues de tu cuerpo,
en los entresijos de la vida,
en las costuras de tu ropa.

Paso los días ocupado
inventando nuevos proyectos
que impidan recordar
tu labio mordido de placer,
tus ojos entrecerrados,
tu suspiro de satisfacción, 
tu cintura contraida,
el temblor de tu cuerpo junto a mí.

Paso los días ocupado.

lunes, 24 de marzo de 2014

La sensación

He perdido una sensación. Nada más. Ni más ni menos. La sensación de que eras mía; por un momento, por unos instantes, eras mía y yo tuyo y nada más había en el mundo. La sensación de ser capaz de hacerte feliz igual que yo me sentía. Sin complejos, sin remordimientos porque el mundo no existía más allá de nuestros momentos, de nuestros buenos días. La sensación de. por un instante, ser tu esclavo, tu sirviente, tu médico, tu rey...y saberme así percibido. La sensación de irradiar felicidad porque esa sensación me hacía feliz.
La sensación de no deber explicaciones, de una vida sin hipotecas, de un recargar las pilas en un abrazo... la sensación de un tesoro compartido, íntimo...
el motor de mis días...