lunes, 24 de marzo de 2014

La sensación

He perdido una sensación. Nada más. Ni más ni menos. La sensación de que eras mía; por un momento, por unos instantes, eras mía y yo tuyo y nada más había en el mundo. La sensación de ser capaz de hacerte feliz igual que yo me sentía. Sin complejos, sin remordimientos porque el mundo no existía más allá de nuestros momentos, de nuestros buenos días. La sensación de. por un instante, ser tu esclavo, tu sirviente, tu médico, tu rey...y saberme así percibido. La sensación de irradiar felicidad porque esa sensación me hacía feliz.
La sensación de no deber explicaciones, de una vida sin hipotecas, de un recargar las pilas en un abrazo... la sensación de un tesoro compartido, íntimo...
el motor de mis días...