martes, 25 de febrero de 2014

Dependencia


Recorro pasillos con paso firme, formal, marcial, profesional... mientras mi mano acaricia tu amor escrito en mi bolsillo, brisa de aire que me ilumina el rostro, me dibuja la sonrisa que me alegra la vida mientras descuento los latidos que uso hasta que llegue el instante en que te vea de nuevo, el instante de sentirte junto a mí, de rodearme de tu olor, de aspirar el máximo posible para tenerte dentro de mí... 
Así no es viable consulta alguna: cualquier pregunta lleva implícita la única respuesta de vivir junto a ti; dependo de tus olores, de los brillos de tu pelo; el recuerdo de tus pasos marca la ruta que recorro, las paradas a la entrada de cada estancia esperando encontrarte tras la puerta; ya sé que no estás pero aún así voy. Mi hombro descansa en el marco de cada umbral que traspasas recordando tus estancias...
Tal vez no sea amor, quizás solo sea dependencia, anhelo, nostalgia, sed de ti.

miércoles, 19 de febrero de 2014



          
          Hoy te he vuelto a ver. He descubierto en tu mirada, en los rosados pómulos, en el olor de tu aura, la hembra que me atormenta. La que no me deja respirar, la que me oprime el pecho y me acalora el rostro. Y así, bajo su influjo, en su presencia no deseo nada más, no pienso en otra cosa. No hay espacio para el mundo porque la vida empieza y termina en ti. 
         Cuando la hembra asoma todo palidece a su alrededor: la bondad, la maldad, cualquier catalogación moral pierde el sentido. La mente frena el ardor de mi pecho, el deseo de fundirme en tu llama, de ser sólo uno, de olvidar quienes fuimos, de ignorar el futuro.
          Sigo el rastro de tu olor en mi mente y me niego a olfatear los pasillos y las calles tras de ti. Porque en estos momentos rastrearía hasta el último rincón del Universo por buscar el brillo de tus ojos y sé, conozco que hallaría la perdición. Entraría en el mundo espiral de las locuras absorbentes y no cesaría de girar asido a tu recuerdo.
        Cuando la hembra vuelve no hay fuerza en el Universo que pueda frenar la atracción que ejerces sobre mí. Y es entonces cuando no queda espacio para el raciocinio, para la inteligencia, para la comprensión; es entonces cuando los perros aúllan a la luna aunque ésta esté oculta tras las nubes.          Es el momento de la pasión, de la entrega, de la posesión... de lo inalcanzable... de los hombres convertidos en héroes.