jueves, 7 de febrero de 2013

Tu ducha


Me gustaría ver tu ducha,
Cuando la usas
y sentirlo,
y poder compartirlo
y mirar mientras…

Seguro que el mundo
se hacía grande,
mientras te sentías
cada vez mas pequeñita,
hasta que el calor te inundara,
y no pudieras retenerlo,
y una gran explosión,
saliera por todos y cada uno de tus poros,


Ya me habría gustado
seguir tu mano
frotar el jabón
guiar tu esponja
la esponja…
(las hay finas, que parecen acariciar
las hay más ásperas que molestan al principio pero luego relajan más
las hay que rascan pero algunas partes lo demandan)
si tienes tiempo y te recreas,
si quieres algo más enérgico...
puede ser vigorizante,
puede ser rápido,
como un suspiro,
que te envuelve sin darte cuenta,
que te rodea mientras no mirabas,
que te hace acalorar,
que te sorprende y
al dar la vuelta,
alli está
y entonces
son dos partes que luchan
por convertirse en una
y en la refriega
no hay prisioneros
pues todos participan
y se entregan sin rendición
en un dar y recibir
de piel contra piel
de calor y frío
de calor y color,
en una llama,
que recorre sus cuerpos,
y los hace arder,
subiendo, subiendo,
ahogando la respiración
y tiemblas,
desde las plantas de los pies,
sube por las piernas,
por su parte más cuidada,
la menos transitada,
ese calor,
que llega a las rodillas,
y parece que se doblan,
que no aguantarán,
el temblor que asciende,
y ya está en la flor,
que madura al instante,
mientras el temblor sigue,
y el calor lo arrasa todo,
al pasar por el ombligo,
que parece un volcán,
que fuera a estallar,
y las tripas se expanden,
hasta ahogar los pulmones,
y los pechos,
los pequeños pechos,
ya han madurado,
y ofrecen al visitante,
el calor de sus frutos,
duros y estirados,
mientras el fuego abrasador,
ya está en la garganta,
y es ahora toda la cabeza,
la que tiene que liberar,
la gran batalla final,
por no perder la vista,
por conservar la conciencia,
....
y no gritar.


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